viernes, 23 de octubre de 2009

23 de Octubre. El Volcán de lodo El Totumo

Hoy hemos contratado la excursión al volcán de lodo El Totumo (35.000p incluyendo comida). Como viene a ser normal en un viaje organizado, el bus pierde una hora mientras recoge gente por los hoteles y otra hora para llegar al volcán.
Después de unas dos horas llegamos por fin al volcán y subimos al cráter. Tenemos suerte de que hay un español entre los turistas que nos acompañan y podemos hacernos fotos unos a otros sin tener que pagar la “propina voluntaria” al ayudante de rigor.
Nos metemos en el lodo, que resulta, como definirlo, extraño pero gratificante. Está a una temperatura perfecta y una vez superado el asquillo inicial, intentando que no se nos manche ni el pelo ni la cara, acabamos embadurnadas del gris potingue. Es muy divertido, la verdad. Lo que mas nos llama la atención es que pese a que el barro nos llega al pecho, no tocamos suelo. Cosas de la densidad del elemento.



Después de disfrutar un rato, salimos hacia la ciénaga que está al lado, evitando a los “pesados” que te ayudan a quitarte el barro (no dejo que un desconocido me magree ni de coña). El baño en la ciénaga resulta agradable y fresco. Yo tenia la idea que una ciénaga era algo sucio y maloliente, pero no, es una especie de laguna bastante limpia. Nos aclaramos bien (nos saldría barro de las orejas hasta el día siguiente) sin ayuda (excepto Maripaz que no pudo evitar ser ayudada por una local) y salimos a secarnos un poco. El bus nos estaba esperando para irnos a Manzanillo, pueblo costero donde íbamos a comer.
Mientras nos hacían la comida aprovechamos y nos damos nuestro primer baño en el Caribe.
Salimos del agua y nos ponemos a comer lo típico de la región, arroz con coco y pescado, bastante decente todo, pese a que nos apareciera alguna que otra hormiga en el arroz.
Nada más comer, de vuelta al bus y hacia Cartagena.
Volvemos al hostal a cambiarnos de habitación (la anterior no tenia baño dentro) y a ducharnos.
Nos vamos a pasear por la ciudad. Como hace calor y tenemos pocas ganas de callejear, nos dedicamos a seguir el itinerario que viene dado en el plano turístico que nos han dado, sin salirnos nada de la ruta para no alargarlo mucho.







Cuando ya anochece, muertas de calor, aprovechamos para ir a cambiar mas dinero (el cambio es mas o menos bueno) y al Museo del Oro (es gratis y tiene aire acondicionado).
Luego a cenar a un restaurante cercano y al hostal a refrescarnos.

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