martes, 13 de octubre de 2009

13 de Octubre. Trekking por el Valle del Cocora

Nos levantamos pronto ya que queremos coger el primer Willys que lleva hasta Cocora. ¿Y que es un Willys? Pues es el transporte todoterreno usado aquí para salvar los caminos embarrados bastante malillos que hay en el Eje Cafetero. Cada trayecto Salento-Cocora sale por 6.000p, salen varios al día
Después del desayuno, nos vamos a la plaza donde cogemos el transporte. Vamos nosotras cuatro y cinco turistas más (un inglés, una alemana, una canadiense, una israelita y un maltés) hacinados en la parte trasera (la canadiense en realidad iba delante) del coche. Durante un rato tuvimos además a una niña supermona que se subió e hizo el trayecto con nosotros subida a las rodillas de Estela. Nos ponemos un poco al corriente con ellos de los viajes realizados, del tiempo que llevamos por Colombia…es decir, lo normal.
En ½ hora llegamos a Cocora y nos ponemos a caminar por el valle. El resto del grupo mete el turbo y enseguida les perdemos de vista, Gema y Estela van con ellos la mayor parte del tiempo. Yo por mi parte prefiero ir lentita, haciendo fotos y disfrutando del paisaje.




El primer tramo del valle es precioso, lleno de praderas y vacas con las esbeltas palmeras de cera destacando en el verde intenso. El cielo de momento está azul y hace un calorcillo muy agradable. El camino es nefasto, lleno de barro y socavones increíbles.




Al rato llegamos al bosque, también una preciosidad, lleno de ríos de rápidas aguas. Para cruzarlos como único puente hay tres maderos atados (literalmente) sin barandilla. Así que tanto Maripaz como yo, con mas miedo a caernos (y a quedarme sin cámara) que a hacer el ridículo cruzamos a gatas.




No nos vio nadie, ya que los extranjeros iban muy pero que muy delante.
El camino por el bosque es algo más largo pero igualmente agradable.



Llegamos entonces a Acaime donde descansamos un rato mientras tomamos un chocolate caliente y vemos los colibríes del lugar. Pese a que hacia fresco, el sol se estaba manteniendo, pero en ese momento empiezan a bajar nubarrones montaña abajo y nos ponemos en marcha.




El siguiente tramo, llamado “La Montaña” no es tan agradable como lo anterior, una subida bastante inclinada hasta otra hacienda que se me hace bastante larga. Por no decir que ya me quedo rezagada del todo.





Ya arriba el paisaje es idílico, mas praderas con vacas y caballos, todo con una capa de niebla que ya no deja ver el valle.



Por ultimo la bajada, que hubiera sido preciosa si no hubiera empezado a diluviar otra vez.



Así que yo, con sandalias y sin paraguas acabe calada hasta los huesos de cintura para abajo. Mi cámara por suerte no sufrió daños ya que estaba más protegida que yo. La israelita no tenia ni siquiera el impermeable así que no se como no terminó con hipotermia la pobre.




Llegamos abajo y llamamos al Willy para que nos viniera a buscar. Mientras tanto nos comimos unos minibocatas que nos habíamos hecho para la excursión.
La vuelta se nos hizo mas larga, además al ir mojados y emitir calor, se creo un microclima no muy agradable dentro del coche. El trayecto completo a un ritmo normal dura unas 6 horas
Llegamos al pueblo y nos fuimos a duchar al hotel y a descansar hasta que parase de llover. Allí estuvimos hasta las 7 y nos fuimos al pueblo a pasear y a cenar en una hamburguesería de cerca de la plaza. Estábamos cansadillas así que volvimos al hotel donde estuvimos de cháchara hasta que nos dormimos.

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