martes, 20 de octubre de 2009

20 de Octubre. Guatapé y el Peñol

Con idea de que nos de tiempo de ir al teatro madrugamos de nuevo para salir lo antes posible hacia Guatapé y el Peñol.
Nos dirigimos de nuevo a la estación y cogemos un bus hacia allí(10.000 a 15.000p). Por primera vez en todo el viaje un tío plasta empieza a intentar un acercamiento a Maripaz, ella al principio cortes mente le contesta pero luego ya no puede quitárselo de encima ni haciéndose la dormida. Por fortuna se baja pronto.
Cuando se baja empezamos a hablar con dos chicos que tenemos delante, Edwin y Francisco, estos por el contrario son majísimos, y nos reímos un montón con ellos. Nos cuentan que son amigos y que se reúnen para las vacaciones (Francisco es de Cali y Edwin de Barranquilla). Por desgracia ellos se bajan en El Peñol y nosotras seguimos hasta Guatapé.
Guatape es otro pueblo que me sorprende, es muy bonito y cuidado. Las casas están todas (o casi todas) con los zócalos decorados con las más diversos motivos y pinturas. Maripaz y yo nos volvemos como locas haciendo fotos a todo zócalo existente en el pueblo, jeje.





Nos llama la atención que el pueblo está lleno de militares (mas de lo normal). Aun así vemos que uno de ellos se está haciendo unas fotos con unas turistas así que nos atrevemos y le preguntamos si nos podemos hacer una foto con el (en plan turisticada). Al chico no parece importarle (seguro que incluso le gustaba). Le preguntamos porque había tanto militar y nos dijo que era porque las FARC iban a atacar el pueblo. Estamos seguras de que iba en coña, ya que dudo que si iba a atacar estuvieran los militares tan tranquilos por allí paseando y haciéndose fotos con los turistas.





Después de ver el pueblo nos cogemos un bus que nos deja en la base del Peñol y de allí un taxi hasta arriba.
Arriba hay una plaza llena de chiringuitos, encima se alza un monolito gigante en cuya cima hay un mirador ¿Qué manera hay de llegar arriba? Solo una. Subir los 713 escalones.



Nos ponemos a subir creyendo que la ascensión iba a ser difícil, si nos cansamos con los 200 de Salento, 713 iban a ser una tortura. Pero no, no fue para tanto. Y las vistas durante la subida, ufff alucinantes. De las mas bonitas de Colombia (junto al Cocora).





Al llegar arriba nos encontramos a un grupo de “INSERSO” colombiano que se ponen a hablar con nosotras. Pasamos un rato muy entretenidas hablando con esta encantadora gente y bajamos con ellos. Una de ellas era muy marchosa y nos ameniza la bajada con una cancioncilla popular que nos hace mucha gracia “la canción de la meada” la llamé yo (la letra decia algo asi como: quien le iba a contar quien le iba contar que por una meada lo iban a matar) Por suerte, nos ofrecen el bajarnos a Guatapé en su bus para ahorrarnos el dinero.
Empieza a llover así que el ofrecimiento del bus aun fue más atractivo. Nos dicen que si queremos acompañarles también a comer, que nos harán así el precio de grupo. Como son muy majos y ya tenemos hambre aceptamos la propuesta y nos vamos con ellos. El guía incluso me deja su dirección y su móvil para que me ponga en contacto con el cuando este sola y así me ayude a buscar alojamiento
Ellos tienen luego una excursión en barco por el lago, y pese a que nos dicen de acompañarles, en esta ocasión rechazamos la oferta porque sino no llegamos al teatro.
Volvemos a la plaza y cogemos el bus a Medellín.
Cual sería nuestra sorpresa cuando vemos subirse poco mas adelante a los dos chicos colombianos de por la mañana. Que casualidad coger el mismo bus. Así que nos ponemos juntos y empezamos a hablar de nuestras cosas. La verdad es que son unos chicos muy agradables y con ganas de chachara, sobre todo Francisco que es la risa personificada (y escandalosa). De esa manera el trayecto se nos hace menos pesado (aunque nos mareemos al final).
Ya en Medellín, nos despedimos de nuestros nuevos “amigos” y cogemos el metro al centro donde vamos directas al teatro con una ligera paradilla a tomar un jugo para entretener el “hambre”.
La obra es una obra de Moliere bastante entretenida y bien interpretada. Se nos hace muy amena..
Al salir, damos la propina voluntaria (que seguro fue la mas generosa del teatro) y nos cogemos un taxi al hostal.
La cocina aun está más guarra que el día anterior. Haciendo de tripas corazón(otra vez), nos hacemos la cena (sopa y macarrones), cenamos, escribimos unos mails y nos vamos a dormir. Es tarde y he sido un día agotador

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