Nos vamos a buscar un sitio donde vendan algún pastel para el desayuno aunque sin mucho resultado.
Después de nuevo al hostal a dejar nuestras cosas (ya por fin para siempre). Desde allí nos vamos a pasear por el centro, con las consiguientes paradas a tomar algo, a mirar tiendas…
Aparte de algún edificio interesante, algún parque o avenida, la ciudad tampoco es muy bonita que digamos.
Es mejor de lo que creía y resulta agradable para pasear, pero nada que destacar salvo la cantidad ingente de floristerías, casi una en cada esquina. Es muy bonito.
Por último nos dirigimos al Parlamento, pero llegamos demasiado tarde y han cerrado. Así que entramos en el museo de vestidos típicos para perder un poco el rato. No nos gustó demasiado. Ante nuestros profanos ojos, todo era parecido
Luego ya volvemos al hostal dando otro paseo, con la paradita de rigor para tomarnos un chocolate en una chocolatería muy chula que encontramos.
A su lado vimos una iglesia ortodoxa superbonita. No la marcaba en el mapa, pero a mi fue la que mas me gustó de todo Bucarest.
No hay comentarios:
Publicar un comentario