sábado, 23 de julio de 2011

Dia 23. De vuelta a Estambul y fin de la ruta

La idea es salir hacia Estambul después de comer así que aprovechamos la ocasión para aprovechar la mañana visitando el Museo de la Salud.



Después de confundirnos de calle y aparecer en otro lado de la ciudad, lo que nos obligó a andar un poco más de la cuenta llegamos allí y empezamos la visita
Un museo muy interesante y curioso, que mostraba los distintos tratamientos que se aplicaban en épocas otomanas. Llegaban incluso a hacer tratamientos con musicoterapia. A mi parecer faltaba más “chicha” (o sea más carteles con técnicas diversas), pero en general estaba muy bien montado. Aparte, el edificio, estaba muy bien conservado.







Después nos volvimos ya para el centro donde recogimos nuestras maletas y nos fuimos a la estación donde nos tomamos un bocata. Por primera vez en todo el viaje nos “acosan” los vendedores de billetes. Al final, nos quedamos con el billete barato.
La compañía incluye también un transfer estación centro de Estambul así que nos ahorramos parte del taxi. Digo parte, ya que la parada más cercana al centro aun quedaba algo lejos de nuestro hotel lo que nos obligó a coger un taxi para el último tramo.
La calle del hotel resulta bastante “siniestra”, sin gente por la calles y sin mucho movimiento. En principio parecía mejor zona la del hotel de los primeros días. Lo bueno es que este está cerca de la zona que aun no hemos visto de Estambul (la zona de la universidad). Pese a que la calle es un poco feilla, el hotel es majo y confortable.
Dejamos las cosas y nos vamos a pasear un rato por la zona del hipódromo. La cena la hacemos en un restaurante muy curioso de comida rápida otomana llamado Barak. La comida está bastante buena. La zona donde estamos es muy agradable y concurrida. Llena de bares y restaurantes, así que al final no ha resultado tan mala opción.
Para terminar el día nos vamos a tomar y te y fumar una cachimba a un sitio muy majete que encontramos en una calleja. Enfrente hay una tienda de lámparas que nos llama con gran intensidad.
Estando allí, nos llaman la atención tres chicas que se sientan en la mesa de al lado. Cierto es que en Estambul hemos visto de todo respecto a indumentaria, pero estas…bufff. Yo creo que no dejaban lugar a la imaginación. Menudos modelitos me llevaban las mozas

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