martes, 19 de julio de 2011

Día 19. Afrodisias y el viaje infierno con los adolescentes infierno

Salimos rumbo a Afrodisias en un minibús con otros turistas. Una hora y poco después ya estamos allí. Nos llama la atención en el camino que el paisaje turco y el aragonés se llevan poco. Si no fuera por las mezquitas (y las placas solares que aquí hay por todas partes), dirías que estas en cualquier pueblo aragonés.
Al llegar nos dejan en un parking y vamos en tractor con remolque hacia las ruinas.
Afrodisias también es una chulada. Muy arreglado.









No hay más que 20 turistas así que puedes disfrutar de las ruinas a tus anchas y bien tranquilo. La verdad es que estas ruinas son bastante desconocidas, pero merece la pena disfrutarlas. Debido, sobre todo a la extensión de las mismas. Lo que más me gustó, sin duda, el hipódromo que se encuentra en bastante buen estado de conservación.

(pero que guapa salgo en esta foto)
Y ¿adivináis el día que hacia? Siiii, calor extremo y sin una nube. Yo creo que los 42º los teníamos fijo.
Nos vamos a comer al único restaurante del lugar, creyendo que nos iban a pegar un sablazo, pero nooo. Precios muy razonables para el sitio tan chulo donde estaba (eso hace que aun duela mas el robo del restaurante de Estambul). Aqui me veis a punto de hincar mis dientes(si los tuviera) a este pinchito rico.

Después de comer hacia Pammukale (siestecilla en minibús) y allí bus a Selçuk, el que se transformaría en un viaje “infierno”. Ya cuando estábamos en el hotel, tuvimos la suerte de compartir piscina con una panda de estudiantes adolescentes franceses como de viaje de estudios. En su mayoría eran aceptables, pero había una panda de niñatos insufribles y maleducados que…
Pues bien, que tuvimos la gran suerte de compartir el bus con el grupito. No pararon de lanzarse cosas, de hacer ruido (cacareos?), de moverse, de darle golpecitos al que se sentaba a mi lado…en fin, un infierno de trayecto.
Respiramos de tranquilidad al llegar al hotel. Preguntamos por la piscina y nos llevan de propio (esta en una finca privada al lado del hotel). Que gusto mas grande, una piscina para nosotras solas, fresquito, genial…
Luego volvemos al hotel a ducharnos y nos vamos a cenar. Encontramos un sitio muy majo (la mayoría de restaurantes están cerrados ya que son mas de las 10) con un camarero muy majete.
El hotel también es muy majo con unos trabajadores muy agradables y amables (El Jimmy’s place en Selçuk). Uno nos recordaba mucho a un amigo nuestro y el otro era simplemente adorable.


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