El bus llega a Neiva a las tres y media de la mañana así que nos toca hacer tiempo en la estación, ya sea durmiendo o paseando, hasta que se hagan las cinco y media que es la hora en la que comienzas los trasportes Neiva-Villavieja (6.000p en buseta-coche, una hora) que es el punto de origen del Desierto de la Tacatoa.
Tenemos suerte ya que, pese a
que llegamos muy temprano, nos ofrecen la ruta de tres horas en mototaxi
(60.000p). Decidimos no pernoctar allí. Solo hacer la excursión y partir al
mediodía hacia San Agustín.
Desayunamos en un puesto
callejero mientras esperamos al conductor y sobre las 7 salimos hacia el desierto.
La primera parada la hacemos en
la zona llamada Los Cardones que es una zona desértica de color rojo. Esta zona
es conocida por su intenso calor. Pese a que está nublado y es muy temprano ya
estamos sudando. Hacemos unas fotos desde el mirador y bajamos a pasear por la
zona que llaman el Laberinto.
De nuevo al mototaxi y hacia la zona de Los
Hoyos, que es de color gris.
Son las ocho y media de la
mañana y ya hace un calor insufrible y el sol quema así que se nos quitan las
ganas de pasear. En Caño Cristales hacía calor, pero era mucho más soportable
que esto. No quiero ni imaginar el calor que tiene que hacer aquí al mediodía.
Ya de vuelta a Villavieja nos
paramos en un restaurante donde ofrecen productos hechos a partir de leche de
cabra. Nos tomamos un yogur batido con fresas bien fresquito que nos sienta
genial.
Nos ameniza el descanso un niño
muy rico hijo de los dueños de este lugar.
A las 11 ya estamos listos así
que cogemos la buseta a Neiva (donde nos meten apretados cual sardinas en lata)
y de allí un bus a Pitalito (18.000p después de regatear al enterarnos que a
los colombianos les habían cobrado 15.000p, fue el único sitio donde nos
cobraron de más, más de 4 horas.). Desde Pitalito a San Agustín en una buseta
(6.000p, media hora).
En la misma buseta viaja una
señora que nos ofrece alojamiento. Decidimos aceptar. Hospedaje Ullumbe,
habitación doble con baño 20.000p (menuda diferencia con los que habíamos
pagado hasta entonces).
Dejamos nuestras cosas y nos
vamos a dar una vuelta por el pueblo, tomarnos un juguito, contratar las
excursiones y de vuelta al hotel a descansar. Cuando ya se hace de noche nos
vamos a cenar una pizza. Hay hambre, no hemos comido nada desde el desayuno.
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